Dame un río de besos con manos entrelazadas
miradas profundas y caricias sutiles
momentos de gloria, horas de amor.
Dame un cielo nublado y una llama encendida
para sentir el calor de tus sabanas
el rugir de tu cuerpo, el olor de tu sangre.
Y cuando todo haya acabado sabrás
que los ríos, los besos, las miradas y las caricias
se tatúan en el alma para vivir
eternamente ahí
Dame el calor y la lluvia, para yo lanzarte
un arrebato de amor
entre pétalos de rosas y un jardín de sonrisas.
Y sonríe con mis labios
para yo besarte con tu boca
porque cuando es es uno
se confunden los cuerpos al amar.
Prepara el camino para un encuentro
soñado entre la luna y el sol una tarde
cuando ella se atreva a aparecer
entre las pocas luces que queden
una tarde para los dos
una tarde para el recuerdo
con rosados y azules en el cielo
con el resplandor de tus ojos en los míos.
Escrito el 26 de septiembre de 2015