En Venezuela se está
viviendo una situación extremadamente complicada, no sólo porque las personas
han decidido luchar contra la dictadura sino que en medio de eso, también hay
que seguir luchando contra la escases de comida y medicina, la poca de calidad
de vida, de servicios públicos y muchas otras calamidades más.
Para algunos venezolanos, los
llamados enchufados, los días pasan tratando de mantenerse en el poder a como
dé lugar: llevándose por delante las leyes, las reglas y las normas, atropellando
a quienes le adversan sin tomar en cuenta su edad o su condición social.
Para otros venezolanos, los
llamados opositores, el día a día es estar pendientes de cuándo será la
siguiente marcha para seguir protestando y así tratar que sea un día menos de
dictadura en Venezuela.
¿Y por qué están enfermos
los venezolanos?
Los enchufados: Porque no
quieren soltar el poder que han tenido desde hace 18 años y evitar así las consecuencias
de sus actos. Están enfermos de poder, de avaricia, de una maldad que está
sobrepasando los límites del comportamiento humano.
Los opositores: Si bien
muchos están enfermos de depresión, miedo y tristeza, otros están enfermos de
eso que no tienen nombre y es compartir como locos y sin control fotos y videos
de policías disparando bombas lacrimógenas o perdigones y jóvenes heridos o
muertos.
Ya no hay respeto por la
vida o muerte del ser humano y menos por
la de esos jóvenes que han asesinado en esta guerra; parece que la gente no
tuviera hijos ni hermanos cuando comparten fotos o videos de gente desangrada,
torturada…Eso tiene que ser una enfermedad…
Los opositores critican los
atropellos de la autoridad, pero se regodean compartiendo todas esas escenas
dantescas con la excusa de que ¨el mundo debe enterarse de los que pasa en
Venezuela¨ pero ¿El mundo se entera cuando se comparte esa información a los
amigos y familiares por whatsapp o facebook?
Ya no hay límites en el uso
de las redes sociales, es una enfermedad ¨compartir lo que sea, cuando sea,
como sea y a quien sea¨. Nadie se sienta a pensar cómo se sentirán los padres o
familiares de eso jóvenes heridos o asesinados o cómo se alegrarán quienes le
hicieron el mandado al régimen de acabar con quienes protestan.
Durante 18 años se han
perdido muchas vidas, se ha enfermado demasiada gente, pero sobre todo, se han
perdido valores, humanidad, respeto; características primordiales para que cuando
pase la pesadilla de la dictadura, se pueda reconstruir un país tan maravilloso
como Venezuela.
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